La decadencia de EU se ha acelerado, y ahora el mundo se desliza a un desorden significativo sin una fuerte estructura internacional capaz de manejar los problemas ya que todas las estructuras caducas del viejo orden de la post-Segunda Guerra Mundial –primero bipolar, entre EU y la URSS; luego unipolar, después del colapso de la URSS– son patéticamente disfuncionales: ONU, FMI, BM y OMC.
Hoy el mundo es idílicamente multipolar, pero cruda y militarmente tripolar, donde Obama legó su doble caos, doméstico/global cuando puso a la defensiva en todos los ámbitos a Rusia, mediante sus inoperantes sanciones,y a China, mediante su estrangulamiento mercantilista del incinerado ATP.
Trump se mueve a escala global en los fractales –elementos de orden dentro del masivo desorden– cuando la realpolitik doméstica –reflejo del magno declive de EU– lo han obligado a operar aparatosas volteretas en sus proyectos con Rusia (amistoso) y China (hostil).
La ofensiva militar de EU se ha sobrextendido en su cerco a Rusia y China, y ya llegó a su límite, mientras Moscú y Pekín, a escala de superpotencias, han mejorado sus sistemas de defensa, no se diga Irán a escala regional. Curioso zeitgeist: Rusia y China, con Irán, se pertrechan mientras EU se repliega.
Trump debe reconocer que la solución ideal (¡supersic!) a largo plazo (sic) es una en la que los tres (sic) poderes dominantes militarmente EU, China y Rusia, trabajen en conjunto (sic) para sostener la estabilidad global.