La Jornada: Bajo la Lupa 20.09.15
Un impactante análisis de Peter Engelke, becario del Atlantic Council, y de Russell Sticklor, investigador del Stimson Center, contempla las guerras del agua
como el próximo gran detonador de conflictos globales
, en el influyente portal The National Interest (http://goo.gl/EUXIF9).
Aunque pertenecen a escuelas ultraconservadoras de Estados Unidos –similares en su irredentismo trasnacional a los polémicos Aspen Institute y Wilson Center (que prohijó con el ITAM el regalo del petróleo de México a Estados Unidos)–, Peter Engelke y Russell Sticklor abordan la geopolítica del agua
para el siglo XXI, análoga a la del petróleo que configuró la geopolítica del siglo XX: el agua tiene el poder de reordenar (¡supersic!) las relaciones internacionales en el siglo presente
y su geopolítica mundial emergente es complicada
ya que los recursos de agua fresca (http://goo.gl/1rrWWq) están distribuidos en forma desigual en todo el planeta
.
Juzgan que existen grandes potencias acuíferas
dotadas con enormes reservas renovables
como Brasil, Rusia, Estados Unidos, Canadá y China (¡supersic!), que conforman los primeros cinco
del ranking mundial de la CIA (https://goo.gl/6PKx7A).
Consideran que, pese a ello, aun dentro de estos inmensos países, la asequibilidad no es uniforme
, ya que en el sur de Brasil, la parte occidental de Estados Unidos, el norte de China y otras subregiones, confrontan intenso estrés acuífero
. Nada es perfecto.
Señalan que en número los países carentes de agua superan a las grandes potencias hidráulicas
: una creciente lista de países que sufren la tormenta perfecta (¡supersic!) de un rápido crecimiento poblacional, agotamiento de recursos, pobre gobernación (sic), estancamiento económico e impactos de cambio climático inquietantes
en medio de una aridez crónica
.
Los países más frágiles en materia acuífera están concentrados en un significativo cinturón estratégico que va del norte de África a través del Medio Oriente y el cuerno de África hasta las partes oriental, sureña y central de Asia
(http://goo.gl/naFKGg).
Es en este cinturón de países naturalmente áridos o semiáridos donde la escasez de agua tiene el mayor potencial de infligir un grave daño
.
Señalan que el estrés acuífero se entiende mejor como un precursor de conflictos
y apuntan el ejemplo
de tres países islámicos: Siria, Yemen y Pakistán, que pertenecen al célebre arco de crisis
geopolítico.
El arco de la crisis
fue un concepto muy socorrido por Zbigniew Brzezinski, ex asesor de Seguridad Nacional de Carter e íntimo de Obama (http://goo.gl/Z3U4z), el cual regresa ahora bajo el esquema de la crisis global del agua (https://goo.gl/XVknZK).
En referencia a la martirizada Siria, los autores aducen que entre 2006 y 2010, fue golpeada duramente por la sequía, que arrasó con el modo de vida rural y causó desplazamientos internos significativos
, que a su vez ayudaron a espolear la olla que hizo bullir y desembocó en una guerra civil que eventualmente se desparramó a Irak
.
Aquí discrepo, ya que la atroz guerra ilegal de Estados Unidos y Gran Bretaña en Irak provocó masivas migraciones y desplazamientos que alcanzaron a Damasco. Más bien es la confluencia de las dos guerras consecutivas de Irak por el nepotismo dinástico de los Bush (padre e hijo) y la guerra civil en Siria la que confluyó para crear todas las turbulencias desde la antigua Mesopotamia (que significa tierra entre dos ríos
: el Éufrates y el Tigris) hasta la costa nororiental del Mar Mediterráneo.
Peter Engelke y Russell Sticklor citan a investigadores, consultados por The New York Times (NYT), quienes vinculan el conflicto sirio a la sequía empeorada por el cambio climático
(http://goo.gl/ePzJbY).
A propósito, hace cinco años, antes que el NYT, apunté que Siria era el teatro de la primera revuelta árabe por el agua y el cambio climático
(http://goo.gl/BTQp9).
Peter Engelke y Russell Sticklor juzgan que en los recientes dos años
, los yihadistas de Daesh/ISIS han contemplado el acceso al agua y su control como un objetivo estratégico primario de su campaña, y han expropiado presas hidroeléctricas, canales de irrigación, depósitos de agua, acueductos/gasoductos y otras infraestructuras de agua para cimentar sus adquisiciones territoriales
.
Arguyen que el agua ha jugado un papel importante en el colapso en curso de Yemen
, donde “décadas de mal manejo lo han dejado –uno de los países más escasos en agua del mundo– con una infraestructura dilapidada de agua, reservas subterráneas acuíferas severamente agotadas, y altas tasas de ineficiencia de uso de agua”. ¿Qué le dejan a la Bolivia del DF y Edomex
(http://goo.gl/YhRJuD)?
Saná, la capital de Yemen, puede convertirse en la primera capital del mundo moderno en carecer funcionalmente de agua, posiblemente (sic) tan temprano como 2025
. ¿Antes que la Bolivia mexicana
?
Aportan el ejemplo de Pakistán y su galopante crecimiento poblacional, con patrones de lluvia cambiantes que amenazan su perspectiva acuífera
.
Citan al Daily Times, de Pakistán, que pronostica que su población masiva casi se duplicará en los próximos 36 años
(nota: casi 200 millones y una pirámide demográfica similar a la de México) y cuya demanda de sus acuíferos limitados se intensificará en una forma que es casi inimaginable
(http://goo.gl/MZ9yQ9).
Pakistán, potencia nuclear con 120 ojivas, es ya uno de los países con mayor escasez de agua en el planeta
, lo cual reconfigura la región
(léase: el subcontinente indio de mayor población planetaria) cuando muchos grupos militantes pakistaníes por largo tiempo hostiles a India han suplantado sus protestas sobre el control de Cachemira por India con más protestas específicas sobre el acceso al más valioso recurso de Cachemira: el agua
.
Peter Engelke y Russell Sticklor concluyen que existen otros países
que se unirán a la triada de Siria, Yemen y Pakistán
y enfrentarán una combinación similar de estrés acuífero e inseguridad política y social
, como Irak y otros países proclives (¡supersic!) a conflictos
y de significado geopolítico
como Irak, Irán (¡supersic!), Afganistán, Egipto, Libia, Nigeria y Somalia”. ¿Y la Bolivia mexicana
de la metrópoli, que va desde Iztapalapa hasta Ciudad Neza?
No es precisamente la aplicación interesada de la fétida ley Korenfeld (http://goo.gl/MZ9yQ9) –que favorece los intereses de Israel en detrimento de México y pretende privatizar hasta el agua de lluvia y utilizarla para el letal fracking– lo que resolverá el severo estrés acuífero de la metrópoli mexicana.
A juicio de Peter Engelke y Russell Sticklor es todavía más preocupante (¡supersic!) que pesos pesados globales como China, India y el mismo Estados Unidos enfrenten incómodos futuros, dados los contrastes entre la demanda pronosticada del agua y las exprimidas (sic) fuentes de abastecimiento
.
No siempre la carencia de agua estimula los conflictos; también su superabundancia, como el caso singular del Líbano: motivo del apetito de saqueo acuífero de Israel en el río Litani (http://goo.gl/XL2jJE).
Un tema convergente en el arco de crisis
(http://goo.gl/pwdd2d) es la expropiación del agua subterránea palestina por el Estado racista y de apartheid de Israel (http://goo.gl/0W6K6o).
https://www.facebook.com/AlfredoJalife